Acorde con el estudio sobre el apogeo de las energías renovables realizado el año pasado por la agencia de la ONU para el medio ambiente, la industria de combustibles fósiles se ha visto muy afectada por la crisis del COVID-19, en consecuencia, ha disminuido la demanda de electricidad a carbón y gas en muchos países durante la pandemia, representando esto una oportunidad para encaminar una recuperación más sostenible posterior al COVID. Adicionalmente, desde 2019 se ha marcado un auge hacia la implementación de fuentes de energía renovables, sin olvidar el impulso que ha representado el compromiso a reducir las emisiones para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
Desde finales del 2019 y durante el 2020 las energías renovables han alcanzado gran rentabilidad por las disminuciones en los costes de instalación, las mejoras tecnológicas que se han presentado y las políticas favorables para este sector, lo que ha garantizado mayor rendimiento de las inversiones. Para el 2019 los costos de electricidad de las nuevas plantas solares fotovoltaicas fueron un 83% más bajos que unas décadas antes. Siendo cada vez más factible impulsar a los gobiernos a usar planes de recuperación sostenibles posterior al COVID-19 para fomentar y establecer economías sustentables. Sumado a esto, la agencia de la ONU para el medio ambiente demuestra en sus investigaciones que la energía renovable es una de las inversiones más inteligentes y rentables para impulsar, considerando que el objetivo para el 2030 es la instalación de 826 GW de nueva capacidad de energía renovable diferente a la generación hidroeléctrica. Según Svenja Schulze, ministra de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania “La promoción de las energías renovables puede ser un motor poderoso para la recuperación de la economía después de la crisis de la COVID-19, con la capacidad de crear empleos nuevos y seguros”.
Un estudio realizado recientemente por BNamericas, Reporte de Datos: El avance solar en medio de la pandemia, comunico que pese a todas las desventajas que trajo la pandemia a diferentes sectores económicos, el sector de energía solar destaco por encima de todos como una industria que avanza. Las cifras que comparte BNamericas indican que en lo corrido de noviembre de 2019 y noviembre del 2020 alrededor de 49 proyectos de energía solar entraron en operación en América Latina, adicionalmente, para este mismo periodo la capacidad solar de los proyectos que surgieron aumento en 2,1GW la generación con fuentes sostenibles en Latinoamérica. Lo anterior evidencia que contra todo pronóstico los operadores, contratistas y proveedores de energía solar tuvieron éxito en el diseño y construcción de proyectos fotovoltaicos, destacando el sector solar por encima de todos los demás con un avance constante aún pese a los meses donde se presentaron restricciones y bloqueos a causa de la pandemia.
Por otra parte, el informe realizado por la S&P Global Platts Analytics “La transición energética: Covid-19 podría hacer que 2020 sea crucial para las energías renovables” menciona que, pese a que las respuestas políticas frente al Covid-19 sobre energías renovables varían entre regiones, el apoyo brindado para la energía limpia y la descarbonización está generando una mejora significativa en las adiciones de energías renovables y que los planes para el hidrógeno verde también agregan más estímulos a este sector. Adicionalmente, el informe menciona que en los últimos meses ha habido un fuerte apetito de inversores por las energías renovables debido a la disminución de los costos que permiten que la energía limpia compita cada vez más a precios de paridad de red, concluyendo que los actores de energías renovables más grandes, con balances sólidos, pueden estar mejor posicionados y en un futuro serán quienes consoliden la industria.
Por último, listamos algunos desafíos que enfrenta el sector energético en Latinoamérica y El Caribe por la crisis del coronavirus, información tomada del blog del Banco Interamericano de Desarrollo:
- La disminución de la demanda y la falta de pagos por provisión del servicio, son problemáticas que exigen establecer estrategias para garantizar la sustentabilidad financiera y operativa del sector. Retos que no solo estarán presentes durante la crisis por la pandemia, sino en el proceso de recuperación posterior al COVID.
- La crisis por la pandemia evidenció la necesidad de garantizar la asequibilidad de los servicios de energía a toda la población.
- La seguridad ocupacional de los trabajadores esenciales para la operación y mantenimiento del sistema eléctrico se debe garantizar.
- Garantizar el suministro continuo y de alta calidad en centros de salud y otros servicios básicos como el suministro y manejo de agua, es indispensable. Así como se debe asegurar el respaldo a todos los centros de salud.