La pandemia actual de COVID-19 ha traído grandes retos para varios sectores económicos y los ha forzado a modificar prácticas para acoplarse a la nueva realidad, además planteó un riesgo que hasta el momento no se había considerado en los análisis corporativos, ahora se sabe que los riesgos asociados a pandemias o acontecimientos similares generan gran impacto en la economía. Entre los desafíos ocasionados por el COVID-19 esta la necesidad de acelerar la digitalización y la transformación de los procesos de producción, así como adoptar tendencias tecnologías como el Big Data, analítica de datos, Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, Blockchain, entre otros; ya que urge en el contexto actual más que nunca la gestión eficiente de los recursos de manera remota, y en el caso del sector eléctrico poder gestionar las operaciones energéticas de manera inteligente, generando, transportando y distribuyendo energía cada vez de forma más limpia, sostenible y con mayor alcance.
La industria eléctrica ha demostrado durante la pandemia que es una parte fundamental que soporta sectores claves como las telecomunicaciones, la salud, la educación, entre otros, manifestando así la relevancia del suministro de energía eléctrica y de las empresas del sector que permiten la generación, transporte y comercialización de la energía, y es por esta relevancia que el sector debe plantearse objetivos cercanos en cuanto a lograr la toma de decisiones y acciones en tiempo real, además de trabajar en sistemas resilientes en cuanto a interconexión regional de los sistemas que al transporte de energía se refiere, pues es incierto que otra pandemia o acontecimiento similar pueda volverse a presentar en el futuro, por lo que se debe estar preparado para afrontar fallos y evitar la afectación del suministro de energía.
El sector eléctrico enfrento varios cambios como la disminución de la demanda debido a los bloqueos en la industria, pese a que se forzó a migrar el gasto de industrias a hogares, el consumo residencial no compensó la demanda del comercio y la industria. Sumado a esto el sector venía afrontando el reto enorme de la descarbonización de la industria, aspecto que se vio beneficiado por la pandemia, impulsado por la necesidad de incrementar el acceso a la energía no contaminante, siendo las energías renovables las únicas fuentes que registraron un crecimiento dado a que algunos proyectos nuevos entraron en funcionamiento este año. Según el informe Covid-19 impact on electricity publicado por la Agencia Internacional de Energía (IEA), la generación con energías renovables aumentó un 3% durante el 2020 debido al crecimiento en la producción solar fotovoltaica y eólica, con una participación del 28% en el suministro de energía respecto al 26% del 2019 en el primer trimestre del año, mientras que a nivel global la generación de energía con fuentes no renovables disminuyó un 2,6% en ese mismo periodo. No obstante, este panorama general no refleja con exactitud el impacto del covid-19 en el sector energético de cada país, dado que existen diversos factores y variaciones a considerar como las medidas y restricciones que adoptó cada gobierno, así como el tiempo en que estas medidas se mantuvieron. Además, depende de las principales actividades económicas de cada país.
En cuanto a las economías que dependen en mayor grado del sector de los servicios, como es el caso de los Estados Unidos, país en el que representa cerca del 40% mientras que en cuestión de Industria solo corresponde al 20%, se generan mayores impactos en la demanda total de energía, debido a que los servicios no esenciales son los más afectados por las medidas de confinamiento. Bajo el mismo panorama esta Europa dado que los sectores de servicios más afectados representan una parte importante de su economía. Mientras que en el caso de china por ejemplo dado que su economía se centra en la industrial, con cerca del 60%, las medidas de confinamiento han tenido un menor impacto en la demanda de energía.
Aunque la afectación de la demanda de energía está determinada por los factores mencionados, es decir las restricciones que se presenten, la prolongación de estas y las principales actividades económicas de cada país, aun así las proyecciones de la IEA en el Global Energy Review para el 2020 fue una disminución del 5% de la demanda de energía global, con hasta el 10% en algunas regiones, siendo según el mismo informe “ El impacto de Covid-19 en la demanda de energía en el 2020 más de siete veces mayor que el impacto de la crisis financiera de 2008 en la demanda mundial de energía”(IEA, 2020), siendo la mayor disminución desde la Gran Depresión, además ser ocho veces la reducción del 2009 que se presentó por la crisis financiera mundial.
Para finalizar les compartimos a continuación un enlace donde se encuentra información actualizada del rastreo que hace IEA de las medidas de bloqueo por Covid-19 y el impacto en la reducción de la demanda de energía publicados semanalmente para los siguientes países: España, Francia, Alemania, Italia, Gran Bretaña, China, India y Reino Unido.
Link de consulta https://www.iea.org/reports/covid-19-impact-on-electricity